“La Coronilla a la Divina Misericordia” es una poderosa oración revelada por Jesús a Santa Faustina Kowalska en 1935. Esta devoción nos invita a contemplar la infinita misericordia de Dios y suplicar perdón por nuestros pecados y los del mundo entero. Al rezarla, ofrecemos al Padre Eterno el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo en expiación por nuestras faltas. Jesús prometió grandes gracias a quienes la recen con fe, especialmente a la hora de la muerte. La Coronilla se reza utilizando un rosario tradicional y se ha convertido en una de las devociones más importantes de la espiritualidad católica contemporánea, recordándonos que la misericordia divina es más grande que cualquier pecado.
La Coronilla a la Divina Misericordia
Video — La Coronilla a la Divine Misericordia
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración al principio
Expiraste, Jesús, pero la fuente de vida brotó para las almas y el mar de misericordia se abrió para el mundo entero. Oh fuente de vida, insondable Misericordia Divina, abarca al mundo entero y derrámate sobre nosotros.
O Sangre Y Agua [3 veces:]
Oh Sangre y Agua que brotaste del Corazón de Jesús, como una Fuente de Misericordia para nosotros, en Ti confío.
Padre Nuestro
Padre Nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu nombre; venga a nosotros tu reino; hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro pan de cada día; perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación, y líbranos del mal. Amén.
Salve Maria
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo, bendita eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Credo
Creo en Dios, Padre Todopoderoso, Creador del cielo y de la tierra. Creo en Jesucristo, Su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen, padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos, subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre Todopoderoso. Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos. Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia Católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección de la carne y la vida eterna.
Amén.
Primera decena
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
[Diez veces:] Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Segunda decena
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
[Diez veces:] Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Tercera decena
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
[Diez veces:] Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Cuarta decena
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
[Diez veces:] Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
Quinta decena
Padre Eterno, te ofrezco el Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de tu Amadísimo Hijo, nuestro Señor Jesucristo, como propiciación de nuestros pecados y los del mundo entero.
[Diez veces:] Por Su dolorosa Pasión, ten misericordia de nosotros y del mundo entero.
La Doxología final (tres veces):
Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal, ten piedad de nosotros y del mundo entero.
Oración Final
Oh Dios Eterno, en quien la misericordia es infinita y el tesoro de compasión inagotable, vuelve a nosotros Tu mirada bondadosa y aumenta Tu misericordia en nosotros, para que en momentos difíciles no nos desesperemos ni nos desalentamos, sino que, con gran confianza, nos sometamos a Tu santa voluntad, que es el Amor y la Misericordia Mismos. Amen.
En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.