La “Novena para Peticiones Imposibles” es una poderosa devoción que se reza durante nueve días consecutivos para presentar ante la Santísima Virgen María aquellas peticiones que parecen imposibles o muy difíciles de lograr. La Madre de Dios, en su infinita misericordia y como intercesora nuestra ante su Hijo Jesús, escucha nuestras súplicas más desesperadas y nos concede las gracias que necesitamos.
Novena para Peticiones Imposibles
Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva, a ti suspiramos gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María!
V – Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios.
R – Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo.
Virgen de la Encarnación, mil veces te saludamos, mil veces te alabamos por tu gozo cuando Dios se encarnó en ti. Porque eres Virgen tan poderosa y Madre de Dios, concédenos lo que te pedimos por amor de Dios.
[Exprese su petición.]
[Luego, repita las oraciones anteriores para su segunda petición]
[Luego, repita las oraciones anteriores para su tercera petición]
CONCLUSIÓN:
Acuérdate, oh piadosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a tu protección, implorado tu asistencia y reclamado tu socorro, haya sido desamparado. Animado con esta confianza, a ti acudo, oh Virgen de las vírgenes, Madre mía. A ti vengo, ante ti me presento, pecador y doliente. Oh Madre del Verbo encarnado, no desprecies mis súplicas, sino escúchalas y accédelas benignamente. Amén.
Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo. Bendita tú eres entre todas las mujeres, y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús. Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Bendito y alabado sea el Santísimo Sacramento del Altar, en el cielo, en la tierra y en todo lugar. Amén.